El corazón de la Responsabilidad Social

En el artículo anterior: “RSE Y SOSTENIBILIDAD VS. RSE O SOSTENIBILIDAD” hicimos una diferenciación conceptual, necesaria, para abordar diversos temas en nuestra habitual columna.

Hoy hablaremos acerca del corazón de la Responsabilidad Social (RS). Ante esto, es también necesario establecer que los responsables o irresponsables son los humanos y no las empresas. Somos los humanos quienes tomamos buenas o malas decisiones para el negocio, quienes le damos esa potente fuerza que hace mover a las organizaciones. Sin los humanos no existen las empresas.

En ese sentido, dado que la RS es en esencia humana por los sentimientos de compasión, empatía activismo y la igualdad de oportunidades para todos, queda claro que ya no se trata de abordar a la Responsabilidad Social desde las Empresas sino de una Responsabilidad Social de las Personas. Y si es ese el verdadero espíritu, el mecanismo para empatizar con otros es el Voluntariado. Los negocios, por muy grandes o pequeños que sean, no deben perder ese foco: Las personas.

En Bolivia existe una Ley de promoción del Voluntariado desde 2005 pero no fue sino hasta la pasada década que pasó a cobrar fuerza y convertirse en un tema estratégico en aquellas organizaciones en las que se decidió implementar acciones e iniciativas serias de RS.

El voluntariado brinda verdadero rostro humano, deja de lado los logos, las marcas e intangibles, para materializar el gesto humano de la solidaridad. Entre sus ventajas podemos encontrar:

  • Sentido de pertenencia de los colaboradores con la empresa
  • Reducción de las desigualdades sociales
  • Horizontalidad en la organización, dado que los máximos ejecutivos voluntarios pasan a ser parte del resto de los colaboradores, sin distinción, bajo una misma causa
  • Empatía con la problemática social o ambiental que atraviesan las comunidades
  • Conocimiento de la realidad social

Algunos pasos iniciales para implementar el voluntariado dentro de una organización:

Aprobar una Política de Voluntariado

Dotar de presupuesto anual para acciones de voluntariado

Definir los derechos y obligaciones de los voluntarios

Establecer jornadas de voluntariado en horarios de trabajo y no en tiempo de familia de los colaboradores.

Implementar incentivos y reconocimientos a los mejores voluntarios

Llevar un registro de las horas de voluntariado

Fuente: Elaboración propia

Considerando que la sociedad se vuelve cada vez más apática e indiferente con lo que nos ocurre, el voluntariado permite encontrarnos, comunicarnos, conocernos, entendernos y finalmente apoyarnos unos a otros.

Cierro este artículo con cita de Paulo Freire: “La solidaridad que necesitamos para construir una sociedad menos fea y menos agresiva en la cual podemos ser más nosotros mismos, tiene una práctica de real importancia en la formación democrática”.

 

Javier Espada Valenzuela

MÁSTER EN SOSTENIBILIDAD

119PortaditaDiciembre

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